Evangelio de hoy 22 de enero. 3° Domingo del tiempo ordinario

Lectura del santo Evangelio según san Mateo (4,12-23)

Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retirá a Galilea. Dejando Nazaret se estableció en Cafarnaún, junto al mar, en el territorio de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías:
«Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,
camino del mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los gentiles.
El pueblo que habitaba en tinieblas
vio una luz grande;
a los que habitaban en tierra y sombras de muerte,
una luz les brilló».
Desde entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
«Convertíos,porque está cerca el reino de los cielos».
Paseando junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores.
Les dijo:
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Jesús recorría toda Galilea enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.

Palabra del Señor

Reflexión

En este día oremos por tanta incomprensión a causa de la Fe que lleva a que muchas personas usen la violencia en contra de aquello que no comprenden, que la mártir Santa Inés cuya fiesta celebramos hoy nos ayude a vivir mas comprometidamente a pesar de las críticas, burlas y persecuciones en especial de parte de los más cercanos. El Evangelio de hoy nos presenta un cambio de época y el surgimiento de una época luminosa para la Galilea de los gentiles. Encerrado Juan el Bautista, Jesús iniciará su ministerio público haciendo un llamado urgente a la conversión: “Vuelvan a Dios, porque ya llega su reinado”, este anuncio vendrá acompañado de enseñanzas y milagros que pondrán de manifiesto para estos territorios de Zabulón y Neftalí la aparición de la luz de un gran día en medio de las tinieblas. La misión iniciada por Jesús tendrá alcances todavía mayores en otros territorios, por esta razón no caminará solo, sino que invitará de manera voluntaria a dos parejas de hermanos a que lo sigan: Pedro y Andrés, Santiago y Juan quienes dejando su labor de pesca tradicional se disponen a ser pescadores de hombres.

Durante el transcurso del tiempo ordinario poco a poco vamos viendo cumplida la profecía acerca de los territorios que visitaba Jesús: “El pueblo que andaba en tinieblas, vio la luz de un gran día”. En medio de una situación económica precaria para la mayoría de las personas, la dominación romana que oprimía con fuerza todo pueblo conquistado, una religiosidad cargada de normas que en lugar de liberar oprimían al creyente, Jesús con su predicación y sus acciones se encargará de ser una luz de esperanza en medio de las tinieblas, su vida entera será un llamado a vivir lo mas esencial: Volver a Dios, un Dios que es cercano, que se preocupa por su pueblo, un Dios que escucha el clamor del mas necesitado y colma de Amor y consuelo todo corazón oprimido y herido, un Dios que no se complace en la opresión de la forma que sea: política, económica o religiosa sino que pasa “curando toda clase de enfermedades y dolencias en el pueblo”.

En este anuncio luminoso y gozoso del Reino de Dios, Jesús se vale de un grupo de apóstoles que poco a poco ira integrando a su movimiento, este llamado llega a cada uno de nosotros que, habiendo experimentado el paso de Jesús por nuestra vida, somos impulsados a llevar esperanza y luz a un mundo en tinieblas, que conoce nuevas formas de opresión y que clama ser liberado por la Palabra de Dios pronunciada y vivida por los modernos apóstoles del maestro que somos TODOS.

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